Borges, Federico (2005), señala en su artículo La frustración del estudiante en línea. Causas y acciones preventivas, una serie de acciones inadecuadas que pueden causar frustración al estudiante que aprende en línea.
Señalaré algunas de las razones que Borges (2005), da como los principales retos que enfrenta el estudiante en esta nueva modalidad de aprendizaje, para ello, Borges (2005), toma en cuenta tres elementos curriculares básicos: la institución educativa, al estudiante y al docente. Un estudiante puede frustrarse cuando no tiene suficiente dominio de las herramientas para trabajar en línea, no dispone del tiempo necesario, no posee el equipo necesario para elaborar sus tareas, cuando participa tardíamente en las actividades colaborativas; Borges (2005), afirma también que el docente, puede frustrar al estudiante, por varios motivos, algunos de ellos, por la falta de claridad y puntualidad en la asignación de los trabajos, por no haber tenido la experiencia como estudiante en línea, cuando no fomenta el aprendizaje colaborativo, cuando se da una respuesta tardía a las intervenciones, por falta de flexibilidad curricular, por no mostrar cercanía al estudiante; por otra parte, entre las acciones que cita Borges (2205), relacionadas con la institución educativa, están: el planteamiento del programa de estudio, puede que la ayuda técnica sea deficiente, falta de formación preliminar, organización del curso, el no ofrecimiento de orientación y ayuda al estudiante, no tener en cuenta la situación del estudiante, contribuir con la sobrecarga del estudiante; estos factores según Borges son los retos que enfrentan los estudiantes en un entorno virtual y el papel que debe jugar el tutor, con los cuales estoy totalmente de acuerdo. Sin embargo, quisiera referirme a la evaluación en línea, que si bien lo menciona Borges (2005), en su discurso, lo hace de manera indirecta e implícita, y dentro del programa de estudios.
Como bien se sabe, la evaluación es quizás uno de los elementos del curriculum más complejo de abordar en el proceso de la enseñanza y el aprendizaje, con esto quiero decir, que el tutor debe asumir con mucha destreza y cuidado, los asuntos a evaluar en el proceso de interacción entre profesor-alumno, alumno-profesor y entre alumno-alumno.
El estudiante en línea, más que cualquier otra modalidad, requiere conocer sus debilidades y fortalezas en las que falló, por ejemplo, cuando no se le devuelve al alumno las observaciones o comentarios contextualizados, se puede generar confusión y desmotivación, es decir, un docente de un curso presencial, o bimodal, que haya dejado una tarea o trabajo por un medio electrónico, este profesor debe hacer los señalamientos expresos del trabajo y explicar a la luz de las diferentes saberes o postulados teóricos, cuáles consideraciones están explícitas o no. En ese sentido, al estudiante le queda claro que deberá fortalecer su aprendizaje, o por el contrario que está muy bien, porque los argumentos dados por su profesor están teóricamente sustentados, al mismo tiempo, el hacer señalamientos contextualizados, tiene la ventaja de que el estudiante pueda ampliar y fortalecer sus conocimientos en otras áreas de su interés.
La evaluación es un proceso permanente, en la cual el alumno está siendo evaluado constantemente en el proceso, hay que tener claro, que una cosa es evaluar y otra medir, y me parece que una debilidad del aprendizaje en línea, precisamente es que no se den a conocer los resultados de un proceso, por ejemplo en la asignación de un trabajo, el estudiante se topa al final nada más con un factor numérico, que al fin al cabo, ese es el que le da la credibilidad de su participación; lógicamente me parece que este tipo de evaluación no es formativa, a la vez, estoy segura de que trae serias consecuencias y frustraciones en los participantes, y pone en riesgo la permanencia de continuar sus estudios en línea.
Me parece que en todo este planteamiento que he hecho sobre evaluación, hay un elemento de fondo, que tiene que ver con el desarrollo de destrezas y habilidades de la buena comunicación en un tutor, si el estudiante desconoce los criterios por los cuales va hacer evaluado, difícilmente podrá responder a los planteamientos u objetivos que el tutor desea lograr, entonces es necesario, que un tutor, tome en cuenta que la evaluación es un proceso constante que no basta con indicar el trabajo por realizar e indicar su valor en el programa de estudios, este es un referente un indicador que el estudiante y profesor tendrán que ir desarrollando en el transcurso, los procesos sobre evaluación requieren de buenas instrucciones precisas y bien dirigidas, de criterios previos de cómo se va evaluar, del seguimiento oportuno, de la retroalimentación, de juicios críticos y valorativos, todo esto, dentro de un marco contextualizado, para que la evaluación cumpla su labor de manera objetiva y provechosa, y el alumno no sienta la frustración de impotencia ante los parámetros evaluativos fijados por el tutor.
Marlene Aguirre
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